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Castillos en Irlanda y su magia

Irlanda es, sin lugar a dudas, uno de los países más hermosos de Europa, una nación con un encanto muy especial, con un folklore y unas leyendas únicas que han servido de inspiración a poetas, literatos, músicos y pintores para crear el arte más sublime. En la llamada Isla Esmeral encontramos un montón de buenos lugares para visitar, porque a pesar de que su extensión no es demasiado grande, la gran variedad de paisajes y ciudades que posee la hace un destino perfecto para quien quiera explorar desde verdes bosques encantados hasta enormes y espectaculares acantilados al borde del mar. El paisaje irlandés va cambiando cada poco tiempo, y una de las mejores formas de conocer a fondo el país es alquilar un auto y conducir por sus carreteras, parando en cada sitio de interés.

Además de los preciosos bosques, los montes encantadores y las ciudades al borde de los ríos y del Atlántico, hay algo en el paisaje de Irlanda que la diferencia con respecto a la mayoría de los países del mundo: sus castillos. De gran parecido con sus vecinos británicos, los irlandeses también pueden presumir de tener decenas de estas grandes estructuras, fortalezas que en su momento sirvieron para defenderse en ciertas épocas de guerra, y que hoy por hoy se han reconvertido en grandes casas señoriales u hoteles de alto standing, donde uno puede incluso casarse o celebrar cualquier evento importante. Prepárate, porque vamos a recorrer la Irlanda más misteriosa y mágica, la que está unida indeleblemente a sus castillos. Será un viaje intenso, así que no  lo pienses y acompáñanos.

Historia de los castillos irlandeses

Como varados en un tiempo anterior, símbolo de la grandeza pero también de la guerra, de la incomprensible necesidad que tiene el ser humano de atacar y destruir a sus semejantes, los castillos irlandeses son una de las señas de identidad más importantes del país. Los primeros datan del siglo XII, cuando los anglo-normandos conquistaron la isla y decidieron construir este tipo de fortalezas, que al principio se sostenían en madera, para proteger los territorios de los ataques enemigos. Poco a poco, la madera dio paso a la piedra, y la mayoría de castillos se rehicieron y reformaron, para ser mucho más resistentes y seguros ante los ataques. Hablamos ya del siglo XVII en adelante.

Por desgracia, y como ocurre en Escocia e Inglaterra, la presencia de numerosos castillos en un territorio es símbolo de un pasado conflictivo y lleno de guerras. Así ocurre también con la mayoría de fortalezas irlandesas, que fueron derruidos o destrozadas con el tiempo, teniendo que rehacerse en muchas ocasiones en los siglos XVIII y XIX. Irlanda es una nación joven, con apenas cien años de historia desde que se consiguió independizar el Imperio Británico, y veía en este tipo de construcciones un lamentable ejemplo del pasado tortuoso. Es por eso que en las últimas décadas, y ante la ausencia de conflictos importantes que mantengan su primera función, la mayoría de castillos se han convertido en lugares turísticos, hoteles o casas señoriales que son visitadas por miles de personas llegadas desde todos los rincones del planeta.

Conversión a hoteles

Después de la Segunda Guerra Mundial, con una Irlanda ya independiente y buscando su lugar en Europa, el país trató de atraer al turismo extranjero con su fascinante historia y su cultura. Y es evidente que parte de esa cultura también está en los castillos. Eran lugares fascinantes, llenos de historia, que podían interesar a una gran cantidad de visitantes, desde familias hasta curiosos llegados de países donde estas construcciones no son tan habituales. Igualmente, muchos de ellos acabaron reconstruyéndose como hoteles de lujo, lugares donde poder hospedarse en una visita al país o incluso celebrar acontecimientos importantes como bodas y bautizos. Famoso es el caso del castillo de Slane, en Dublin, que desde hace décadas acoge los más grandes espectáculos musicales de toda Irlanda, convirtiéndose en un lugar mítico para las bandas.

Bodas en castillos irlandeses

¿Hay algo más romántico e inolvidable que casarse en un castillo? Si has deseado desde pequeña esa boda de cuento de hadas, como si fueras una auténtica princesa, aquí en Irlanda lo tendrás mucho más fácil porque este tipo de fortalezas también están disponibles para estos eventos. De hecho, hay castillos especializados en bodas, que pueden incluso acoger a todos los invitados, ofreciendo la ceremonia y el banquete nupcial en auténticos comedores donde hace unos siglos gobernaban los señores más poderosos de aquellas tierras. El encanto de este tipo de lugares se acrecenta para estos eventos tan importantes y especiales. Casarse siempre es algo inolvidable, pero si encima lo hacemos en un precioso castillo, la cosa va mucho más allá.

Rutas por castillos encantados

¿Eres de los que disfruta pasando miedo y se lo pasa pipa con las pelis de terror? Entonces seguro que estarás interesado en realizar una ruta por los castillos encantados más escalofriantes de toda la isla. Irlanda cuenta, como ya hemos visto, con un pasado cruento de guerras y conflictos armados, y muchos de estos castillos tienen sus paredes llenas de sangre. Es por eso que las historias sobre fantasmas y leyendas de espectros abundan en una buena cantidad de estas fortalezas. Desde el norte a sur, son muchos os castillos en os que podemos tener un encuentro paranormal, pero nosotros hemos querido destacar solo unos pocos, para darte un aperitivo de todo lo que puedes encontrar por aquí.

En el castillo de Melahide, al norte de Dublín, vive la familia Talbot desde hace 800 años. E incluso algunos parientes han querido quedarse durante todo ese tiempo para salvaguardar las paredes de la fortaleza. Es el caso de Puck, un fantasma que deambula por los salones y las galerías, pero no para asustar, porque al aparecer es bastante simpático. Algo muy diferente a lo que encontramos en el misterioso castillo de Skyrne, donde podemos toparnos con el fantasma de Lilith Palmerson, una mujer asesinada en esta fortaleza. El castillo de Leap es famoso también por su fantasma femenino, y en el de Kinnity no hay solo uno, sino varios espectros aguardando la llegada de cualquier visitante para aparecerse.